
Aquí el texto de Josué Fragoso:
Monoloquio o instrucciones para dejar de llover en día de siesta
Josué Fragoso
Si quiero llegar al otro extremo del horizonte,
será necesario que yo digiera
todos aquellos enormes merengues.
Duvignaud, Duvignaud y Corbeau
Las nubes se retuercen en su horario matutino. A cada paso el reloj me avisa de mis cálculos; es, por lo tanto, un marcapasos. Los cálculos no me dejan mentir: muchas lágrimas de nubes hacen un aguacero. Pero se necesita un poco de coherencia discursiva para alcanzar esta forma de expresión. Y el reloj vuelve a indicarme: es la hora de la siesta, del refrigerio, de tachar todos los días del calendario —estuve a punto de escribir “candelario” —y también de pronunciarlo—… y hasta pudo haber quedado bien “candelabro”, e incluso “descalabro”; por último, “encabriolado”, que no tiene todavía un lugar entre las familias del diccionario… Después de esto, si fuera pluma el instrumento, escribiría que se me acabó la tinta, como eufemismo de la paciencia —como reemplazo de la creatividad —pero la era de la información acabó con las excusas… Y si la lluvia cesa es que los pretextos al menos fueron un buen consuelo para las nubes desconsoladas. Y si no cesa, entonces me veré en la necesidad de recurrir a otro papel, uno que no se deshaga, uno que no haga corto circuito con el agua, uno menos elaborado, más rudimentario, menos “encabriolado”… Esta es la definición que a usted puede servirle. Si quiere que algo sea menos —“menos esto”, “menos aquello”…— diga que lo quiere “encabriolado”. No se preocupe: ellas o ellos lo entenderán. Si no lo entienden, invéntese en el acto una definición. Propongo las siguientes: inciso a: “dícese cuando las nubes no paran de llorar”; inciso b: “que ya no cabe en mi bolsa porque se infló por la humedad”; inciso c: “que se refiere a los meses con más de cuatro semanas”. Si aún le faltan argumentos, puede usar cualquier otra palabra: “encabriolado” significa a todas ellas. Si esto no funciona, vaya al calendario —otra vez quise decir “candelario”—, vaya al calendario, tome un refrigerio, marque los días de siesta; no renuncie a su reloj: también sirve de marcapasos; úselo en horario matutino.
Variante X [suprimir]
…recuerda un día nublado… temprano y todo en movimiento… los carros enfilan hacia todas partes… habla, agita la mano, en otra dirección… en realidad simula, quiere provocar un cambio en otro sentido que los pasos, que el flujo de los carros, que los carros detenidos —simplemente moverse… agita la mano, el péndulo de los pasos abre y cierra el perfil, las llantas revolucionadas ponen movimiento al disco universal… recuerda el día nublado, temprano, y se mueve con todo lo demás… recuerda el pasar y detenerse… algo es ajeno, algo no viene al caso…
Variante A
Quizá encuentres consuelo en el almuerzo. No te molestes si el tenedor no brilla. A veces el servicio falla. Toma en cuenta las últimas devaluaciones, las crisis sexenales, la sinusitis del gato, el deshielo de los polos, el invierno que se extiende hasta la primavera. Seguramente has visto caer una manzana. Seguramente mañana cae el presidente. Si de pronto llueve, detente ahí donde veas correr el agua con más fuerza, haz un barco de papel, arma una tripulación de hormigas y ordénales que suban. No ignores la tristeza de los perros. No acuses sin pruebas a los gatos de indiferencia.
—Prueba este cigarro.
—Creo que sabe a tierra.
—¿Te parece?
—Sí, ¿nunca has ido al parque a comer un puño?
—No es mi costumbre.
—Te lo recomiendo. Hazlo mañana a primera hora
—A primera hora estoy en el quinto sueño.
—Entonces compra un poco en el supermercado.
—Prefiero ir al parque.
—Te advierto que hay ratas en las jardineras.
—¿Y?
—No, nada más para que fueras prevenida.
—Las ratas están por todos lados.
—Tienes razón, pero en unos lugares más que en otros.
—Sí, tienes razón.
—Creo que estamos de acuerdo…
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